Gracias a un comentarista del blog me he enterado de que el alboroto causado por el ataque contra el padre Eugenio a impulsado al CNC (no al amanuense Jesús Villada, sino a la cabeza que dirige a esa mano ejecutora) a emitir un comunicado “clarificador”.
Lo primero que se desprende de tanta clarificación es que la decisión de forzar el cierre del canal de Eugenio la tomó la cúpula del CNC, no el mandado. Para cualquiera que sepa como funciona el Camino era obvio, pero algunos se negaban a aceptar que la mordaza viniese de su gran ídolo.
El segundo aspecto a destacar es que quienes dieron la orden de amordazar se mantienen en sus trece. Les trae sin cuidado que Eugenio sea un devoto neocatecumenal, da igual su altura de camino a ninguna parte o la adultez de su fe, no les importa que sus seguidores sean también neocatecumenales; aquí se hace lo que ellos ordenan y ya. Y se creerán que se le pueden poner puertas al campo para forzar quién sube a internet cantos del Resucitó y quién no, o quién graba unas homilías con tufo a mamotreto kikil y quién no.
Empieza la “clarificación” con la declaración de que el CNC da “servicios gratuitos”, como si Eugenio cobrase por la publicidad de los kikirikantos y de las monsergas kikas. No sé de ningún canal que hayan intentado -o logrado- cerrar que cobrase nada, más bien parece un bulo malintencionado y calumnioso, un hablar mal sin mirar de quién, lo cual es típico de los últimos y peores de Kiko, por desgracia.
El segundo párrafo insiste en sostener que el ánimo de lucro no ha sido motor para Carmen ni para Kiko, que da sus creaciones gratuitamente tanto a hermanos como a parroquias… Para no faltar a la verdad y la realidad, lo que Kiko da es orden y mandato de que toda comunidad que se forme adquiera -no precisamente de modo gratuito- los elementos que a él y no a otro le petan, que casualmente son los que dice haber diseñado, pintado, compuesto y creado él solito.
Como ya mencioné en la entrada anterior, que la letra de los kikirikantos no sea suya, es más, que la melodía de numerosos kikirikantos tampoco lo sea jamás le ha impedido apropiarse de la autoría de ellos. Debe ser un tic nervioso.
En toco caso, la “clarificación” asegura que Kiko da sus creaciones gratuitamente a hermanos y parroquias, donde no ha de entenderse “hermanos” en sentido universal, sino restringido a los neocatecumenales. Incluso con esa restricción, sucede que Eugenio cumple ambas condiciones: es neocatecúmeno y es presbikiko, por lo que las homilías con tufo kikiano que graba y sube a internet las dará desde alguna parroquia.
Es decir, con la “clarificación” del CNC en la mano, es una injusticia que a Eugenio le cierren el canal. O bien la “clarificación” es un intento de engañar al personal, lo que tampoco sería sorprendente viniendo de los últimos y los peores de Kiko.
Sigue la “clarificación” con la sorprendente noticia de que la difusión por parte de otros de las obras de Kiko impide “su libre y adecuado uso gratuito”. Parece obvio que hay cierta obsesión por el dinero entre los últimos y los peores.
Un poco de seriedad, que parece que toman a todos por memos. Jamás la difusión de material de ninguna manera limita, restringe o impide el uso de este, al contrario la difusión saca a la luz lo que algunos quisieran que permaneciese oculto. La difusión, en suma, asegura el libre uso que el CNC trata de evitar. Máxime cuando poner en duda la gratuidad con que algunos nos dedicamos a destripar arcanos es una calumnia.
A continuación, dice la “clarificación” que para salvaguardar el libre y adecuado uso gratuito de las cositas que Kiko pretende que son suyas y de nadie más, han tenido que crear una fundación DIOCESANA… ¿Diocequé? Algo es diocesano si quien ha promovido su creación es una diócesis. Y de ser así, su ámbito de actuación y alcance suele ser la diócesis que la sostiene y no más allá.
La fundación de la obra kika no es diocesana, es kika. Y es sorprendente que quienes tanto cacarean que no tienen bienes y que todo su afán es darlo todo de modo gratuito hayan apoquinado un capital de 30.000 euros para darla de alta.
Sucede además que al registrar una fundación hay que declarar su propósito, sus objetivos. Pues bien, allá por 2018, cuando se dio de alta la fundación -nada diocesana- de la obra dizque artística de Kiko, se declaró lo siguiente:
El primero de sus fines es promover a difusión de la obra dizque artística de Kiko. Eugenio está haciendo gratis lo que tendría que hacer esta fundación que, en contra de sus fines declarados, intenta ocultar esas obras. Una de dos, o mintieron al declarar los fines de la fundación o hay que despedir a quienes la dirigen y poner a otros que cumplan con su cometido.
Luego dice la “clarificación” que los cantos litúrgicos de Kiko -y los apropiados de otros, supongo- están registrados en Italia. Vaya, se acabó la gratuidad de uso. ¡Qué poco les ha durado la generosidad!
Me llama la atención eso de cantos litúrgicos. Una convivencia no es un acto litúrgico, tampoco un paso, ni una reunión de esas que tienen tras un encuentro con el Papa… Tal y como está redactado es improcedente y fuera de lugar cantar kikirikantos en las reuniones kikiles que nada tienen que ver con la liturgia. Es decir, que el mismo Kiko es el primero que usa los kikirikandos en situaciones inapropiadas.
Y termina la “clarificación” dando a conocer el deseo de los iniciadores del CNC de que las kikotesis siempre se escuchen de forma presencial… Sucede una vez más que Kiko es el primero que incumple lo que quiere imponer a otros, pues cada vez que ha ido a una entrevista o conferencia grabada ha recurrido a los discursos que se sabe de memorieta. Y no solo no era momento ni lugar de kikotesis, sino que además sabía que iba a ser grabado y publicado.
En resumen, la “clarificación” es una sarta de memeces con muchas menciones a la gratuidad que hacen pensar que lo que les preocupa es no tener el monopolio absoluto de la mercancía. Es que en el CNC no dan nada gratis.